Automatizar riego – detector de lluvia

por | Abr 8, 2020 | Ahorro, Domótica, Riego | 0 Comentarios

¿Qué es la pluviosidad?

La pluviosidad es la cantidad de agua que cae en un tiempo determinado y en una zona concreta. La pluviosidad la medimos en milímetros/hora. Un milímetro es la altura que alcanzaría el agua si vertiésemos un litro en un metro cuadrado. Por tanto milímetros/hora equivale a decir litros de agua que se acumulan en un metro cuadrado durante una hora.

¿Por qué controlar el efecto de la lluvia?

«Regar es suministrar agua a las raíces de las plantas para satisfacer aquellas necesidades hídricas que no son cubiertas por la lluvia»

Efectos de la lluvia en el jardín:

Tipo de terreno.

La capacidad de un terreno para acumular agua depende de su composición. Cuanta mas espacio exista entre las partículas que lo componen mejor drenará, mas agua admite:

  • Terreno arenoso. Gran porosidad, mucho drenaje.
  • Terreno arcilloso. Poca porosidad, buena absorción de agua y poco drenaje. Peligro de charcos y escorrentías.

Capacidad de campo. Es  cantidad máxima de agua que puede retener un suelo después de haber dejado drenar el exceso de agua se denomina capacidad de campo. Si tras un periodo de lluvia insistimos en regar superando la capacidad de campo, se formarán charcos y escorrentías que dañarán el jardín.

El tipo de plantas.

No todas las plantas admiten un exceso de agua, ni todas se comportan igual ante la carencia de agua. En un jardín con distintos parterres y zonas de riego, tras unas lluvias necesitará o no ayuda de riego automático o solo en algunas zonas.

Punto de marchitez permanente. Es una cualidad relacionada con la capacidad de las plantas de extraer el agua del suelo cuando, la que queda, es escasa y está muy tensionada. Cuando el esfuerzo máximo que puede realizar una planta no es suficiente para extraer agua del suelo, decimos que ha llegado al punto de marchitez permanente. A partir de este punto, el agua contenida en los suelos no está disponible para las plantas y hay que suministrarla de manera artificial.


Controlaremos la pluviosidad en todo momento para ahorrar agua y proteger nuestro jardín de dosis de riego inadecuadas, charco y escorrentías.

¿Cómo medimos el agua de lluvia?

  1. Pluviómetro. (Lo vemos en otro post).
  2. Sensor capacitivo.
  3. Sensor mecánico.
  4. Estación meteorológica.
  5. Datos meteorológicos. (Estos dos últimos los vemos en otro post).

Sensor capacitivo.

La superficie del detector responde ante la lluvia o nieve. En alguno podremos ajustar la sensibilidad y conmutación. Disponen de un pequeña resistencia que ayuda a evaporar el agua y evitan la condensación.

Para su integración tendremos que realiza una lógica que mida el tiempo de lluvia y el de secado, obteniendo una aproximación a la pluviometría. No es exacto.

Sensor mecánico.

Funcionamiento de tipo «contacto seco/mojado»: en el interior del sensor se encuentran unos discos de un material que al contacto con el agua se expande. Se puede regular el retardo al secado. Son sencillos y económicos.

Como en el anterior necesitaremos programar en nuestro sistema de domótica una lógica que mida el tiempo de lluvia y el de secado, obteniendo una aproximación a la pluviometría. No es exacto.

Los sensores que hemos visto no son exactos. Necesitaremos de la asesoría de la empresa de jardinería para ajustar tiempos o caudales de riego dependiendo de la estación del año, insolación, características del jardín, etc.

Una forma de control mas exacto del estado del terreno, de su humedad, son los sensores de humedad.

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